Podemos usarlos de varios modos. El uso típico es parecido al de un cojín lumbar, lo colocas en la zona baja de tu espalda cuando estás sentado. Esto hace que la tensión de tu zona lumbar se reduzca, repartiéndose por toda la extensión del respaldo sin concentrarse en puntos concretos. Notarás el relax al cabo de un rato.
También es posible usarlo como un peluche antiestrés. Es decir, en lugar de ponerlo en tu espalda lo puedes coger con tus manos y abrazarlo o estrujarlo. Está comprobado que este tipo de ejercicios distrae la mente de tus preocupaciones y proporciona una sensación de bienestar agradable.
Además, si los cojines están rellenos de bolitas de poliestireno puedes concentrarte e intentar mover varias de ellas con tus dedos a través de la funda. Si pones tu foco en esa operación tan sencilla, tu cuerpo y tu mente se evaden del estrés por unos instantes, cosa que agradecerás. Es parecido a lo que nos ocurre cuando explotamos las bolitas de plástico de los embalajes. ¿A que tú también lo has hecho alguna vez?